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jueves, 25 de abril de 2013

Winston Estremadoiro nos trae la señerafigura de JOSÉ MARÍA BAKOVIC víctima del acoso judicial más infame del Gobierno de Evo Morales. encarcelado, perseguido, agobiado por juicios que no terminan, ha venido soportando con estoicismo la crueldad de sus acusadores que no pueden probarle ningún delito.

Desde septiembre de 2001 hasta febrero de 2006, José María Bakovic fue Presidente Ejecutivo del Servicio Nacional de Caminos Institucionalizado (SNC), electo por más del 90% de la Cámara de Diputados y designado por el Presidente Constitucional de la República de Bolivia. La institucionalización fue parte de un Programa de Reforma Institucional, promovido por el Banco Mundial y otros organismos internacionales, con el fin de acabar con la corrupción de las ‘coimisiones’ y la injerencia político-partidista: el SNC era la vaquita de leche para gestores de tajadas, fueran rosados, anaranjados, ‘flechosos’, o cualquier ‘juntucha’.


Bakovic inició el proceso de lograr una entidad eficiente, motor efectivo de una política de Estado para vertebrar el país con carreteras. La autonomía de gestión hizo que durante su mandato se realizaran más obras que en casi medio siglo precedente, a pesar de lo difícil de lidiar con cuatro gobiernos en cuatro años. Esta notable ‘persona de la tercera edad’, eufemismo con que nos tildan a los viejos, fue condenada el 22 de enero de 2006, en el discurso de posesión de Evo Morales, sin presunción de inocencia ni debido proceso. 

Poco importó su experiencia profesional en el Banco Mundial, como analista financiero y oficial principal durante 17 años, y consultor de proyectos por otros seis. Tampoco que hubiera reestructurado el sector energético en gran parte de América Latina, en naciones bálticas y en Indonesia, como principal autor de las guías que orientaron tales reformas. Aún menos valió que por años fuera gerente financiero de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y asesor del Sistema de Regulación Sectorial. 

Dicen que golpe que no rompe el espinazo, lo fortalece. Admiro la entereza de este varón, que con tres cuartos de siglo a cuestas aguanta más de 70 juicios desde entonces; ha sido recluido entre rejas un par de veces, y, valiente, ha seguido su lucha contra la corrupción desde la cárcel, desbaratando un par de proyectos camineros con hediondo tufillo.

Tomen un escándalo soterrado: la carretera Potosí-Tarija. Digo soterrado, porque se apela a la recurrente falta de memoria histórica del pueblo para tapujar un caso clínico de chambonada corrupta. Lo dije hace 5 años: ascendió Evo Morales y se inició una ofensiva para ‘desinstitucionalizar’ el Estado. Un éxito inédito fue el Potosí-Tarija: rebaja de precio; mejora de calidad cambiando pavimento flexible de asfalto importado a cemento rígido de producción nacional; aumento de 90 Km. de carretera  en su ramal occidental. 

Ya afuera Bakovic, se perdió el túnel de Alarache por falta de atención; no solucionaron a tiempo el deterioro de la carretera Puente Sacramento-Puente Arce. Mala supervisión atrasó la carretera Potosí-Tarija y la ABC, ágil pleitista y deficiente fiscal de obra, permitió que avance la mala calidad por casi cien kilómetros. ¿La solución? Tapar la ineptitud al rescindir el contrato con Queiróz Galvão, aumentando el costo de la obra en unos $100 millones de dólares por el alza de precios internacionales de construcción. Intervino Brasil, que ponía la plata, y se cambió al contratista del proyecto por la turbia OAS –sí, la del camino asesino del Tipnis- que después fue indemnizada, quizá por dejar la carretera sin acabar. ¿A qué nalga apalear? Pues a la de Bakovic. 

Es brega desigual que un boliviano enfrente a oscuros intereses de corruptos. Se nota en la declaración de prensa de Bakovic, en el juicio que le siguen en la capital chapaca por la carretera Potosí-Tarija. Hizo notar temas censurados de plano, “por ejemplo, no se dejó ni siquiera mencionar el traspaso de Queiróz Galvão a OAS, como tampoco se quiso explicar el consultor internacional y qué poder tenía este consultor para representar al Estado boliviano…” En tiempos que se rasgan las vestiduras porque el Secretario de Estado Kerry aludió a la América Latina como ‘patio trasero’ de EE.UU, ¿por qué contratan un ecuatoriano de dudosos méritos y sin poder para representar al Estado? Quizá para proteger a la inepta que reemplazó a Bakovic, a condición de prestarse al acoso judicial como forma de anular personas y retornar a viejas corruptelas.           

¿Qué me cuesta, si para entonces ya estaré muerto?, pero apuesto a que en el año 2050 habrá algún ocurrente ligado a los medios televisivos, que revivirá “La justa del saber” y la exclamación ¡con seguridad! en cada respuesta correcta, del recordado “Lalo” La Faye, que nada tiene que ver con la estrella televisiva de pollera, que más de uno de sus fans alardea como “la Josta”. Van dos: también apuesto a que tocarán el período actual de esta penosa Bolivia, que para entonces llamarán ‘la democracia de plazuela’; eruditos evocarán a Ortega y Gasset y su “La rebelión de las masas”: asentirán, graves como pingüinos, los que piensan que tal apellido compuesto es una marca de tintillo español. 

Ya son tres. Apuesto a que hurgarán el acoso judicial, arma con la que hoy fiscales obedientes y algunos jueces serviles juntan fuerzas para servir a la politiquería del régimen populista de Evo Morales. La última víctima de esta forma de abuso físico, tortura psíquica y ruina financiera es la senadora Eva Gonzáles, que tuvo el coraje de hacer públicos ciertos indicios audiovisuales de relaciones turbias del fiscal Soza. 

Serán cuatro apuestas, si persisto en augurar que a la pregunta “¿quién fue la primera víctima del acoso judicial como puñal de persecución política?”, pocos recordarán a José María Bakovic.

viernes, 19 de abril de 2013

Hernán Zeballos se refiere al testimonio de Guillermo Bedregal, quién entregó su mastodóntico libro "De Buhos, Políticas y Persecusiones" de casi mil páginas que todos deberíamos leer. Será posible?

El 2011, el personaje cuyo nombre lleva esta nota, tuvo la gentileza de intercambiar un par de libros míos, con su “De Búhos, Políticas y Persecuciones”, relato autobiográfico de 950 páginas en dos volúmenes. El iniciar la lectura de estos dos tomos me intimidó hasta ahora, en que me decidí a revisarlos, por la importancia de un personaje de nuestra Historia, particularmente vinculado con el Movimiento Nacionalista Revolucionario, partido que, evidentemente cambió la conformación del país, iniciando una verdadera transformación económica, política y social, lo cual se pretende desconocer al presente. 

Desde las primeras páginas de esta monumental autobiografía, uno se siente fascinado por la extraordinaria vivencia de un personaje que, gracias al esfuerzo familiar, se educó en los mejores centros universitarios europeos, graduándose siempre con las mayores calificaciones. Desde su juventud se inició en el ejercicio de la vida política, primero con FSB, para luego desde 1951, ser un convencido emenerista, partido gracias al cual ejerció una vida pública muy activa, habiendo sido en dos oportunidades Presidente de la Cámara de Diputados; Presidente y Vicepresidente de la Comisión de Política Internacional y Culto de la H. Cámara de Diputados. Fue Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Bolivia ante el Reino de España en Madrid y ante el Reino Unido en Londres. 

En el MNR fue Secretario General, Secretario Ejecutivo, Subjefe y Jefe Nacional de ese partido. Durante su periodo de exilio enseñó en Universidades de Colombia, Ecuador y Perú. 

Hecho ese breve recuento, lo que interesa para efectos de esta crónica, son las reminiscencias más destacadas de su paso por la Historia boliviana, lo que espero hacer en no más de 4 entregas. 

Comienza esta trayectoria con su reminiscencia de la llamada “Guerra Civil” de agosto y septiembre de 1949. Señala: “la organización del gobierno de Mamerto Urriolagoitia se ensañó con verdadera pasión en destruir todo vestigio político que alentara posiciones nacionales y revolucionarias. El fracaso del movimiento revolucionario en La Paz y algunas vacilaciones políticas de los insurgentes, determinó finalmente la derrota de los nacionalistas y la consolidación temporal del sistema conservador represivo”. 

Decenas de personas se exiliaron en la Argentina y fueron perseguidos allí por el régimen peronista. Pero algunos compatriotas, tozudamente buscaron el retorno clandestino a su país. Resulta dramático el relato de un grupo de bolivianos, entre los que se encontraba el padre de Guillermo, el cual, después de ingresar a Bolivia fue detenido por militares y policías, para dejarlo abandonado en un galpón de Uyuni, con el propósito de que allí muriera. Una mano campesina generosa, por un pequeño resquicio hacia el interior lo alimentó y proveyó de lo esencial. Hasta que después de 4 semanas los carceleros reaparecieron y se quedaron sorprendidos de encontrarse con sobrevivientes. 

La voz sorprendida de un carabinero: “Están vivos mi Teniente, están en aquel rincón oscuro”, demuestra la crueldad de la situación. 

Este hecho relata el rigor de nuestra política, que se repite en los últimos 80 años, para mostrarnos que los “bolivianos somos enemigos de los bolivianos”.
Desde las primeras páginas de esta monumental autobiografía, uno se siente fascinado por la extraordinaria vivencia de un personaje que, gracias al esfuerzo familiar, se educó en los mejores centros universitarios europeos, graduándose siempre con las mayores calificaciones. Desde su juventud se inició en el ejercicio de la vida política, primero con FSB, para luego desde 1951, ser un convencido emenerista, partido gracias al cual ejerció una vida pública muy activa, habiendo sido en dos oportunidades Presidente de la Cámara de Diputados; Presidente y Vicepresidente de la Comisión de Política Internacional y Culto de la H. Cámara de Diputados. Fue Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Bolivia ante el Reino de España en Madrid y ante el Reino Unido en Londres. 

En el MNR fue Secretario General, Secretario Ejecutivo, Subjefe y Jefe Nacional de ese partido. Durante su periodo de exilio enseñó en Universidades de Colombia, Ecuador y Perú. 

Hecho ese breve recuento, lo que interesa para efectos de esta crónica, son las reminiscencias más destacadas de su paso por la Historia boliviana, lo que espero hacer en no más de 4 entregas. 

Comienza esta trayectoria con su reminiscencia de la llamada “Guerra Civil” de agosto y septiembre de 1949. Señala: “la organización del gobierno de Mamerto Urriolagoitia se ensañó con verdadera pasión en destruir todo vestigio político que alentara posiciones nacionales y revolucionarias. El fracaso del movimiento revolucionario en La Paz y algunas vacilaciones políticas de los insurgentes, determinó finalmente la derrota de los nacionalistas y la consolidación temporal del sistema conservador represivo”. 

Decenas de personas se exiliaron en la Argentina y fueron perseguidos allí por el régimen peronista. Pero algunos compatriotas, tozudamente buscaron el retorno clandestino a su país. Resulta dramático el relato de un grupo de bolivianos, entre los que se encontraba el padre de Guillermo, el cual, después de ingresar a Bolivia fue detenido por militares y policías, para dejarlo abandonado en un galpón de Uyuni, con el propósito de que allí muriera. Una mano campesina generosa, por un pequeño resquicio hacia el interior lo alimentó y proveyó de lo esencial. Hasta que después de 4 semanas los carceleros reaparecieron y se quedaron sorprendidos de encontrarse con sobrevivientes. 

La voz sorprendida de un carabinero: “Están vivos mi Teniente, están en aquel rincón oscuro”, demuestra la crueldad de la situación. 

Este hecho relata el rigor de nuestra política, que se repite en los últimos 80 años, para mostrarnos que los “bolivianos somos enemigos de los bolivianos”.

lunes, 15 de abril de 2013

un secreto a voces "el caso Soza fue deslizado por el Ministerio del Interior" en un esfuerzo por acelerar el final de un proceso que alcanza muchos, con muertos, heridos, presos,, desterrados y perseguidos y que no parece acabar nunca,, afirma Gary Prado


Pablo Pedraza Barbery
ppedraza@eldeber.com.bo
Desde la tranquilidad de su hogar, el general Gary Prado habla del juicio por terrorismo; sostiene que fue un montaje del Gobierno y que los audios donde Soza supuestamente habla de que se estaba extorsionando a los acusados fueron filtrados por él mismo.

¿Cómo se siente luego de que el Tribunal Constitucional (TC) falló a su favor?
Aliviado. Para mí es una vindicación, ya que confirma que tenía la razón, pues desde el primer día manifesté que estaba dispuesto a someterme al juicio confiado en mi inocencia, pero en Santa Cruz, porque no puedo ir a otro lugar. El Tribunal está poniendo las cosas en su lugar y me alegra porque este fallo también favorece a otros acusados con problemas de salud.



 ¿De qué acusan a Gary Prado?
Primero me acusan de ser el estratega; después dijeron que era el asesor militar de Rózsa, yo fui asesor de dos presidentes, de (Hugo) Banzer y (Jaime) Paz Zamora, no voy a ser asesor de un desconocido, hágame el favor. También me acusan de haber tenido contactos  con Rózsa y los únicos contactos que tuve fue cuando me pidió una entrevista, le di la entrevista y luego me trajo la revista donde se publicó la nota. Fueron tres llamadas telefónicas de 15 segundos. Contactos con el resto de los procesados no he tenido, solo conocía a algunas figuras, como Juan Carlos Santiesteban y Juan Carlos Velarde, porque uno los conoce del medio de Santa Cruz, además, ninguno de los acusados en sus declaraciones dice: “El general Prado estuvo con nosotros”. No hay una base para acusarme, la única razón en que uno puede pensar es algún sentimiento de venganza de los sobrevivientes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que andan metidos en el Gobierno, como los hermanos Peredo y allegados como Rada y Núñez del Prado, que han sido los operadores de todo esto.

 ¿Cree que es una represalia porque apresó al Che Guevara?
Sí, por ahí viene la cosa. Había la intención de hacer un juicio histórico por la muerte del Che, y claro, uno de los que iba a parar en el juicio era yo, pero como vieron que eso no tenía base, aprovecharon esta otra coyuntura que se presentó, porque la armaron, y ahí me metieron.

 ¿En estos cuatro años del juicio cuánto cambió su vida?
Me ha limitado mucho porque llevo tres años de arresto domiciliario y la única actividad para la que estoy autorizado es salir a dar clases a la universidad. 

 ¿Qué significa el fallo del Tribunal Constitucional?
En mi caso tienen que abrir un nuevo juicio. Este tribunal ya no puede juzgarme. Deben armar otro jurado en Santa Cruz. Pero me preocupa que un derecho universal como la presunción de inocencia, que está en la Constitución Política del Estado, no existe. Desde el primer día -y revise las declaraciones del presidente, del vicepresidente, de los fiscales- han dicho que todos los acusados tenemos que demostrar nuestra inocencia, cuando lo correcto es que ellos demuestren nuestra culpabilidad; ese es un punto negro en la historia de este Gobierno, la presunción de inocencia la han ignorado en todo momento.

 ¿Qué tanto afecta el accionar del Gobierno?
Está claramente demostrado cuando se escucha lo que dice el fiscal Soza, porque dejémonos de historias, nadie puede dudar de que esas grabaciones (las presentadas por la senadora Eva Gonzales) son de Soza, porque han salido del propio Ministerio de Gobierno, él las ha filtrado, se lo ha hecho con un propósito, por problemas internos que no nos interesan. Pero resulta que en esos audios Soza le informa al presidente, al ministro...¿dónde está la independencia del Ministerio Público?, todo el mundo se mete a influir sobre los fiscales, hay que ver las presiones que han ejercido sobre los jueces.
 
 ¿Cómo cataloga el accionar de Marcelo Soza?
Es una ficha, es un peón, no es el cerebro detrás de todo porque no le da para eso. A él le han dicho haga esto, monte esto aquí y allá. Las pruebas (del juicio) se caen en cualquier tribunal del mundo, las armas requisadas no son pruebas, lo que digan las computadoras que fueron entregadas al fiscal 15 días después de que la Inteligencia cubana, la venezolana -y sabe Dios quién más las ha manipulado- tampoco son pruebas. Las computadoras debieron ser precintadas inmediatamente después que fueron capturadas. El caso ha sido montado a propósito; ¿por qué borraron las cámaras de seguridad del hotel?... eso no se hace si no es con una orden judicial, y aquí no hubo juez ni nada, fue una acción policial dirigida expresamente para asesinar la verdad.

 ¿No teme que se dilate el juicio por acción de los fiscales o del Gobierno, que es parte acusadora?
Hay tendencias diferentes dentro del Gobierno, unos tratan de enmarañarlo y otros lo quieren acabar, vamos a ver quiénes se imponen.



    Lo que se viene    

1  Si el tribunal que lleva el juicio es notificado hoy con el fallo del Tribunal Constitucional, debe ordenar un examen médico de Prado en el plazo máximo de 72 horas.

2
  Si el informe ratifica el impedimento de Prado para trasladarse a otra ciudad, el Tribunal de Sentencia debe declinar competencia.

3
  El 22 de abril se reinstala la audiencia. El tribunal debe anular los actos desde el 9 de octubre, cuando se declaró que Gary Prado era rebelde.

4  De igual manera, el tribunal que hasta ahora lleva el caso, debe remitir obrados con relación a Gary Prado a un tribunal de turno de la ciudad de Santa Cruz. 

sábado, 13 de abril de 2013

tras Susana Seleme está Manfredo Kempff que se refiere a "la chapuza judicial" que representa el caso Rózsa sin pies ni cabeza en sus acusaciones de separatismo y magnicidio, enaltece la tarea investigadora y esclarecedora de Carlos Valverde. el daño para SC ha sido grande


¿Alguien que no se haya dedicado a la investigación del ahora llamado “caso Rózsa-Soza” podrá seguir el hilo de todo lo que ha ocurrido desde hace cuatro años? Creemos que muy pocos. Escasos son quienes – como el cruceño Carlos Valverde por ejemplo – han seguido los acontecimientos minuciosamente, investigando, especulando con probabilidades, es decir haciendo una labor detectivesca. Nos hemos interesado mucho en esta chapuza judicial, pero debo reconocer que siempre pensamos tener en la mano la punta de la madeja y que, de pronto, al final, nos encontramos con tres o cuatro hilos de distintos colores.
Algo a nuestro juicio ha quedado claro: el único terrorista de todo este enredo descomunal ha sido el Gobierno. No hay necesidad de mayores pesquisas ni de nuevos fiscales, con cara de terroristas, que vengan a contarnos otra vez la historia del hotel Las Américas. Ahí, nadie se pierde, no hubo combate con intercambio de balazos, sino una simple y llana ejecución (si simpleza es matar a gente dormida en su cama). Eso está claro.
Lo otro que no tiene pies ni cabeza es la acusación de separatismo y magnicidio. Sobre el separatismo, no existe ni una sola prueba contra Santa Cruz que no sea el indicio de un audio de expresiones jocosas, ni siquiera muy claras,  en un día de asado y copas, entre los presuntos mercenarios muertos, donde no se reconoce la voz ni la presencia de un solo cruceño. Ahí se puede enlazar también el cómico cuento del magnicidio cuando una de las voces – al parecer la de Rózsa – dice que se hubiera podido poner una bomba en el barquito que llevaba a bordo por el Lago Titicaca a S.E. y parte de su gabinete y hacerlos flecos a todos.
¡Bravatas de farristas! Por supuesto, esas son pruebas concluyentes para el fiscal Soza.  Esta tontería es tan divertida  como la acusación de magnicidio contra el jovenzuelo que fue detenido con un Máuser descalibrado de épocas de la Guerra del Chaco, a más de diez mil metros de donde estaba S.E. Imaginamos el susto que se llevaría el inocente púber, cuando, en las celdas, los policías le dijeron con cara de pocos amigos, que estaba ahí por ser un separatista francotirador con intenciones de perforarle el duro mate a S.E.
Nunca supimos que cruceños, benianos o pandinos, hubiéramos tenido expresiones separatistas que pudieran preocupar a este gobierno ni a los anteriores. Así como los aimaras del altiplano, en la zona lacustre, izan banderas peruanas, dan vivas al Perú, y quieren tres puentes alocados de siete mil metros por encima del Titicaca, también pudieron aparecer en Puerto Suárez, quienes hicieran flamear banderas brasileñas, vivaran al Brasil, pidendo un puente entre esa localidad y Corumbá. Naturalmente que a los indígenas los dejan que apedreen, bloqueen, incendien, y ahoguen a una población como Copacabana, pero, ¿y si fueran cruceños en la frontera con Brasil? ¿No estarían en la lista del fiscal Soza?
Ahora resulta que contra los acusados de terrorismo y separatismo del “caso Rózsa-Soza” no existen pruebas fehacientes, y que, para vergüenza de la judicatura nacional, el principal fiscal acusador – Marcelo Soza – prefiere dejar el caso, alejarse nuevamente de sospechosas vacaciones, huir en el fondo, cuando todo el país quiere saber la verdad de lo sucedido.  No se trata de anular el proceso, de que se reemplace a los acusadores, no es cuestión de que las cosas queden en nada. Hay que ir hasta el final para descubrir la tramoya. Esto no puede ser una pirueta jurídica más del Estado Plurinacional, cuando toda la nación quiere saber la verdad.
Ya lo hemos dicho que el daño que se ha hecho a Santa Cruz y los cruceños ha sido grande. Para neutralizar algo que el masismo veía incontenible y muy difícil de domar, se montó la tramoya del separatismo. Una vieja historia. Pero la vieja historia les resultó un negocio rentable porque fue el pretexto para acosar y perseguir a quienes podían frenar la invasión al oriente. Un negocio rentable hasta hoy.
Que el Gobierno aclare que todas las sombras que se echaron sobre Santa Cruz son falsas; si anhela tener presencia en el departamento que tenga la valentía de admitir que hubo un montaje absolutamente siniestro, y que no protejan más esta chapuza infeliz que tanto daño nos está causando a todos. Pretender hundir a la dirigencia cruceña les ha dado beneficios inmediatos, ha sido su objetivo, pero este es un tema que les va a estallar en sus narices más pronto que tarde.   

lunes, 1 de abril de 2013

claro está que para García Linera lo del crimen del hotel fue "una contundente paliza política y militar" a la Media Luna, lo triste es que nunca pudieron mostrar que el complot existió, ni las armas, ni "los actos terroristas" salvo los que cometió el MAS. Susana Seleme


Así llega la verdad, ni adelantada ni atrasada, sobre el laberíntico juicio “Rozsa-Sosa”. Hoy está sumido en su ocaso sin remedio, tras la huída del fiscal Marcelo Sosa principal acusador del gobierno de un delito que jamás existió: el terrorismo-separatismo.
Gracias a una conversación grabada y entregada por la senadora opositora, Carmen Eva González a los medios de prensa, se escucha la voz del fiscal Sosa que desgrana nombre tras nombre a las más altas autoridades del gobierno como los autores intelectuales del complot contra las demandas autonomistas del Oriente boliviano.
Ese juicio-complot hace aguas porque al no existir delito tampoco hay pruebas del mismo, pues las que manejaba el fiscal Sosa, que huyó o lo huyeron, son pruebas falsas, sembradas e inventadas con manipulación de hechos, escenarios y testigos. El objetivo era ‘aplastar’ a Santa Cruz, a los otros departamentos de la Media Luna(1) y a su dirigencia político-cívica autonomista, férrea opositora al proyecto de poder centralista y autoritario del bloque en el poder desde 2006.
Hoy se confirman los nombres -ya sospechados- merced a la autentificación de la voz de Sosa, según el experto brasilero en fonética forense, Ricardo Molina de Figueiredo, quien señala que “por encima de cualquier duda razonable, la voz pertenece a Marcelo Soza Álvarez”. Para ratificarlo, hay estudio de la empresa Graudio de España, especialista en peritajes fonéticos que señala lo mismo tras analizar 4 audios con la voz de Sosa, enviados por el periodista Carlos Valverde Bravo. Esa conclusión apunta a que “las muestras mantienen continuidad, espacio temporal, secuencia lógica, tanto en el plano semántico como expresivo… y corresponden al fiscal Marcelo Sosa”. Existe otro peritaje mantenido en reserva y de procedencia en ingles, que ratifica los dos anteriores.
Triste destino del abogado Marcelo Sosa, pobre de espíritu y carente ética de profesional, que mancilló la administración de justicia para convertirse en servil ejecutor de una trama canalla, tras la que están el ‘Vice’ y su entorno, con conocimiento del presidente Evo Morales, como prueba la grabación de marras. La misma desnuda la mano represiva del poder central, pues no se monta una conjura de tal magnitud sin organización, dirección y ejecución político-económica al más alto nivel gubernamental. En el fondo palpitaba y palpita la punga por el control político, económico, territorial y social, que se debatió desde 2006, entre dos polos: el occidental colectivista, comunitarista y socialista, frente al oriental capitalista, individualista y autonomista.
Si algún apresto hubo en la Media Luna, fueron los aprestos por conquistar la autonomía administrativa y política, vieja demanda tildada siempre de regionalista o separatista desde el centralismo de cualquier signo político, que atribuye a la autonomía el intento de dividir al país, cuando en realidad, lo que divide es al poder central. El complot contra la Media Luna, pero fundamentalmente contra Santa Cruz, por las características detalladas en el pie de página, se planificó mucho antes de iniciado el proceso hace 4 años. Ese juicio a todas luces injusto, arrastra 39 imputados, unos presos, otros perseguidos, varios en el exilio, amén de las violaciones a los Derechos Humanos, al debido proceso y a la presunción de inocencia, entre otras muchas irregularidades.
¿Seguirá el ‘Vice’ calificando lo dicho por Sosa en la grabación de marras como declaración ‘absurda’, aunque esté autentificada por tres fuentes que confirman los nombres de los autores intelectuales y materiales de la conjura, y además los de la red de extorsionadores que esquilmaron a las familias de los imputados? ¿Se ratificará el ‘Vice’ en la temeraria descalificación de que “la derecha no tiene cerebro”? Es otra más de sus desafortunadas declaraciones, cuando ya está demostrado que si algo de izquierda tiene el oficialismo, es la izquierda antidemocrática de factura estalinista.
La grabación autentificada apunta a los autores materiales tanto de la bomba que explotó en las afueras del domicilio del cardenal Julio Terrazas, como a los miembros del grupo de elite que cometieron el asesinato extrajudicial a tres extranjeros, el 16 de abril de 2009, en un hotel de esta ciudad: el húngaro boliviano Eduardo Rozsa Flores, Arpad Magyarosi, también húngaro y Mike Dwyer, pertenecientes a un grupo paramilitar nacionalista en Los Balcanes.
El presidente Morales afirmó el mismo día, a su llegada a Puerto Cabello en Venezuela, de visita a su mentor el difunto Hugo Chávez, que él ordenó la ejecución pues ese grupo pretendía dividir Bolivia y cometer magnicidio, sin tener prueba alguna. A confesión de partes, relevo de pruebas, pues el único acto terrorismo practicado en Bolivia fue ese terrosismo de Estado.
Tampoco se debe obviar, como apuntó la periodista Maité Rico, en El País, de Madrid, 10 días después de aquella operación encubierta, que Rozsa fue contactado en agosto de 2008 por gente del oficialismo, en España.
¿Habrá huido Sosa, o lo han huido? Puede ser otra ‘maniobra envolvente’ para convertirlo en ‘chivo expiatorio’, mientras lo ponen a buen recaudo, pues lo dicho por él en la grabación de marras, tumbaría a cualquier gobierno: “Si el caso se cae, cae Evo” dijo Sosa en ella. Razones no le faltan, si en Bolivia hubiera independencia judicial y no una administración de justicia complaciente y subordinada al poder político.
La pantomima del juicio injusto sigue coja y poco se recuerda a otro fiscal, Henry Suaznábar, encargado del caso Terrorismo II para dar con los supuestos financiadores del caso I, a cargo de Sosa. ¿Dónde está Suaznábar y porque no se lo investiga, como a los otros fiscales presos por extorsionadores? Hora dicen que investigan a Sosa, lo convocan a declarar, pero nadie toca a los miembros de la cúpula en el poder como autores intelectuales del complot. ¿Ganan tiempo y emborrachan la perdiz sobre la pugna interna, entre al menos dos corrientes en el seno del oficialismo por este caso?
¿Se presentara a declarar Sosa, el 1 de abril, cuando el juez exponga el inventario del proceso, que aquel nunca mostró? Los imputados, sus familias, abogados y amigos piden la extinción del caso por ausencia de pruebas, amén de todas las irregularidades del montaje urdido desde el centro de poder político antes sospechadas, ahora confirmadas. Mal que les pese, con puntualidad histórica la verdad aflora y le estalla en la cara.
El complot contra la Media Luna, formada por Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija tenía un objetivo ideológico-político-económico contundente. Eran más de 2/3 del territorio, aunque menos de la mitad de la población del país, en ese entonces. El epicentro giraba en torno a la región oriental cruceña, más bien ideológicamente conservadora, pero de mayor desarrollo económico productivo capitalista, gracias a una agresiva agricultura comercial que también cubre 70% de la seguridad alimentaria del país, una agroindustria exportadora con valor agregado y polo de atracción-recepción de grandes flujos de inmigrantes expulsados de sus regiones de población por factores de pobreza. La región cruceña cuenta además con una producción gasífera discreta, frente a la enorme riqueza de Tarija pero tiene en cambio, una competitiva infraestructura de servicios y conexiones por carreteras, ferrocarril y aérea a los países vecinos, aunque no esté exenta de las sombras de todo capitalismo periférico.
Esa contundente realidad espacial, económica y política era un peligroso obstáculo al proyecto colectivista comunitario de Morales y los suyos, cuyos impulsos antidemocráticos y de naturaleza totalitaria se hacían cada vez más evidentes. La pugna se decantó a favor del gobierno central, mediante la conjura conocida como el ‘caso terrorismo-separatismo’ y antes con el ‘caso Porvenir’, en Pando, en enfrentamiento provocado por el gobierno, con un saldo de 13 muertos. Por ese hecho, el ex prefecto de ese departamento, está preso hace más de 4 años, sin juicio y sin sentencia.