Vistas de página en total

viernes, 17 de marzo de 2017

un testigo ayuda a destapar los crímenes de abril del 2009 en el Hotel Americas de SC., Rafael Vargas médico forense practicó la autopsia de los tres cadáveres en la morgue. persiste el bloqueo para impedir se conozca la verdad, aunque de a poquito se avanza hacia la luz, según Otto Ritter abogado defensor.

El testigo actual del caso Rózsa, Rafael Vargas, forense que conoció y estuvo presente en el hotel Las Américas, asegura que la autopsia se la hizo más de 12 horas después.
 
El médico dio a conocer algunos detalles que según la defensa, se desconocían en el acta de cadáver.
 
 
 
Vargas hizo la autopsia de ley a las tres personas fallecidas en el hotel Las Américas en abril del 2009.
 
Declaración. Aunque no precisó las horas exactas argumentando que al haber pasado varios años no recordaba bien algunas puntuaciones, Vargas dijo que conoció el hecho por medio de la prensa durante la mañana, luego señaló que el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), antes del mediodía le comunicó que participaría en la autopsia, posterior a ello, fue consultado sobre el trabajo en sí.
 
Vargas indicó que entre 4 y 5 de la tarde llegó hasta el hotel Las Américas, para hacer el levantamiento legal de los cadáveres.
Informó que el trabajo de autopsia se ejecutó entre 5 y 6 de la tarde y que además se habría ido con los cuerpos hacia la morgue San Juan de Dios en la misma camioneta. De acuerdo a sus recuerdos, Vargas indicó que el examen de autopsia duró hasta casi la medianoche.
 
Observación. Otto Ritter, abogados defensor de la parte acusada, resaltó la declaración del forense, señalando que los cuerpos estuvieron más de 12 horas en el hotel Las Américas. "No hay vuelta que darle.
Lo importante para la tesis de la defensa es que los cuerpos estuvieron 12 horas antes de su levantamiento, y son doce horas en las que pudo pasar cualquier cosa, se le pudo poner pruebas en contra de ellos o lo que sea, es mucho tiempo. Queda claro que en el hotel Las Américas hubo asesinato", manifestó Ritter.
 
Al mismo tiempo cuestionó el hecho que los cuerpos hayan sido trasladados a la morgue en una camioneta sin tener los cuidados correspondientes para evitar la contaminación de las pruebas.
 
Juicio. El jurista Ritter lamentó que el exfiscal de Distrito, Jaime Soliz, se haya abstenido a prestar su declaración como testigo del caso.
 
Soliz presentó una memorial en el que explicó desconocer el caso porque desde un principio se le informó que una comisión de fiscales de La Paz, llevaría adelante la investigación del caso. "Hay una intencionalidad, no quieren que declaren. Con este testigo nosotros hemos tenido que adecuar las preguntas para que no respondan sobre el peritaje, sino simple y llanamente las circunstancias que él ha visto. Con esta declaración ya veo avances", dijo el defensor.
 
El juicio entró ayer en cuarto intermedio hasta esta jornada, donde deberá continuar con su declaración el forense Vargas. Para las 9:30 de la mañana está fijada la hora del reinicio del juicio oral del caso Rózsa.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Hoy, 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, leímos una noticia que puede ser pasada desapercibida: los insultos y la agresión física contra Gabriela Zapata, ex pareja de Evo Morales Ayma.

Según diversas fuentes de información, Zapata, al concluir la audiencia de inicio del juicio oral, público y contradictorio, reiteró sus acusaciones contra el empresario y político Samuel Doria Medina de financiar el caso de la suplantación de un supuesto hijo del mandatario. Mientras declaraba, un grupo de personas le profería una serie de insultos. La gente se concentró a la salida del Tribunal de Justicia a la espera de la exnovia del Primer Mandatario, una vez que la reconocieron, le jalaron los cabellos, y le lanzaron distintas acusaciones al punto de que la mujer derramó lágrimas. También luego de la suspensión de la audiencia, las personas forcejearon con la Policía e increparon a Zapata, gritando en estado de catarsis: “Vas a llorar lágrimas de sangre”.

Más allá de cualquier ideología, de razones o mentiras de Zapata, no es posible aplaudir la agresión verbal o física de una mujer imputada. Una democracia boliviana en ciernes, con un récord de golpes de Estado a lo largo de su historia, autoritarismo, caudillismo, movilizaciones sociales violentas, y un largo etcétera, debe aprender a no subvertir los derechos fundamentales.

Y aunque fuera una genocida – cuestión por la que no es acusada – es justo que Gabriela Zapata, no sea objeto de una pulseta entre la versión del Gobierno o de la oposición. A juzgar por los hechos, no puede quedar impune tampoco, la agresión verbal y física contra una mujer.
Linchada socialmente, en una suerte de capitis diminutio, Zapata, en cualquier sociedad respetuosa de los derechos humanos, tendría derecho a que se presuma su inocencia, y no se afecte su estado de salud o integridad física. No es cosa fácil. La sociedad boliviana en su conjunto – o mejor dicho en una gran mayoría – está mal acostumbrada a pisotear los derechos fundamentales.

Un viejo pensamiento judío dice que cada ser humano es un Universo. Siendo así, Zapata debe ser juzgada pero de ninguna manera ser objeto de presiones políticas, y mucho menos de violencia en su contra.


Por Mauricio Ochoa Urioste
Director General de Gaceta Hoy