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lunes, 15 de septiembre de 2014

un senador que instruye al Fiscal "un imposible que ni siquiera la Scotland Yard pudo en 35 años" esto es vencer a Itamaraty y el derecho de asilo de que goza Marcelo Soza, que ha declarado que lo del Hotel, ha sido "una masacre con premeditación, alevosía y sobre seguro" Olmos se refiere al caso.

El fiscal general del Estado ha sido conminado a ‘materializar’ la extradición del exfiscal Marcelo Soza, a cargo del ‘juicio del siglo’ durante cuatro años y ahora en Brasil, donde se le ha extendido la condición de refugiado al menos hasta septiembre de 2015. La conminatoria carece de plazo, pero tiene características que el magistrado, Ramiro Guerrero, no podrá ignorar. Viene del presidente del Senado, Eugenio Rojas, a quien se supone asesorado por funcionarios versados en derecho de asilo y en las decisiones soberanas que asumen los Estados. 


El funcionario dijo que esa autoridad “tiene que hacer cumplir la norma. No sé por qué no está haciendo cumplir. Es su atribución; tiene que demostrar toda la documentación del caso… nosotros vamos a exigir un informe que nos presente y aclare cuál es la tarea que ha cumplido respecto a Marcelo Soza”.

Las expresiones de la autoridad legislativa ocurrieron durante una entrevista con la Cadena A de televisión. Horas antes, la misma estación había logrado hablar con el exfiscal Soza, quien, esta vez sin matices, afirmó que lo ocurrido en el hotel Las Américas el 16 de abril de 2009 fue una masacre (EL DEBER, 10-09-14). En su Carta al pueblo de Bolivia y la declaración ante el Consejo Nacional de Refugiados (Conare) de Brasil, en marzo y abril pasados, había dicho que hubo “uso excesivo e irracional de la fuerza” en el ataque policial de esa madrugada.

Por instrucciones del senador, el fiscal general deberá lograr una hazaña que la diplomacia británica ni Scotland Yard alcanzaron en 35 años, cuando persiguieron sin éxito al asaltante del tren postal inglés Ronald Biggs. El famoso asaltante vivió feliz como refugiado durante décadas en el barrio bohemio de Santa Teresa, en Río de Janeiro, hasta entregarse voluntariamente a las autoridades de su país a principios de siglo. Murió en diciembre del año pasado.

Es poco probable que el Dr. Soza quiera entregarse hacia 2049 o que el caso que lo ha llevado hasta el cerrado brasileño persista hasta entonces.
La conminatoria del senador se suma a la demanda de los acusados, que también reclaman la presencia de Soza para limpiarlos de acusaciones que la exautoridad ha declarado que son ilegales y fruto de presiones. Puede especularse que la conminatoria al fiscal general contribuye a agitar más las aguas del ‘juicio del siglo’, remecidas por los documentos y declaraciones de la ex autoridad judicial a los medios nacionales y que en el proceso todavía no son reconocidos como palabra legal
 

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