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domingo, 29 de diciembre de 2013

400 empresas mineras fueron tomadas por asalto, cómo esperar por tanto que se produzcan inversiones? y en el campo agrícola ganadero ocurre otro tanto...El Deber escribe sobre previsiones para el 2014

La incertidumbre, clima en el que deben vivir las actividades económicas por falta de seguridades jurídicas, podría comprender también los precios de las materias primas y algunos contratos que tiene el país. Las dudas sobre la fortaleza de la economía china dejan abierta la posibilidad de que algunas materias primas tengan precios con fuertes oscilaciones. No está muy próximo el fin del actual superciclo de precios altos, pero nadie podría poner una fecha de expiración.

La revolución energética que vive Estados Unidos con los yacimientos de petróleo y gas contenidos en rocas de esquisto es la fuente de las mayores dudas. Ese país va a dejar de importar petróleo y se está convirtiendo en exportador de gas natural. Eso podría tener efectos inmediatos en el valor de las exportaciones bolivianas. Sin contar la campaña en que están las autoridades argentinas por reducir las compras de gas boliviano ni las expresiones de funcionarios brasileños que anticipan negociaciones para bajar el precio del gas boliviano.

Como causas internas para la incertidumbre, en el sector petrolero todo dependerá de los incentivos que el Gobierno vaya creando para convencer a las empresas sobre la necesidad de invertir. En el campo minero, la incertidumbre tiene que ver directamente con las seguridades jurídicas, porque con las cerca de 400 minas tomadas por la fuerza, y alguna ocupada incluso por el Estado, es difícil esperar que lleguen inversiones por lo menos para que se mantenga la producción, ya que no hay posibilidad alguna de que crezca.
Esta misma amenaza se presenta en la agricultura y en la ganadería, y casi todas las actividades que se dan en el agro cruceño, como es el caso de la planta de cultivo de hongos que acaba de ser asaltada y destruida por un grupo de tomatierras.

De los factores externos, como aquellos referidos a los precios, el Gobierno no puede hacer nada para evitar que bajen, del mismo modo que no hizo nada para que suban. Pero tendría que ocuparse de los factores internos, como las seguridades jurídicas para las inversiones.

La Constitución Política del Estado señala que en el país deben convivir los sectores económicos privado, comunitario y estatal, pero por el momento solo se ve el fortalecimiento de los dos últimos, mientras el sector privado sobrevive a duras penas en medio de la falta de leyes y las amenazas
Consejo Editorial: Pedro F. Rivero Jordán, Juan Carlos Rivero Jordán, Tuffí Aré Vázquez, Lupe Cajías, Agustín Saavedra Weise y Percy Áñez Rivero

viernes, 27 de diciembre de 2013

Karen Arauz se refiere al dia de inocentes, a Herodes, a Evo y las "inocentadas" que aplica al pueblo boliviano enumerando las últimas en las últimas semanas.


POBRES INOCENTES
                                                                               
En estos días se celebra el día de los Santos Inocentes en conmemoración a la matanza de niños cristianos por órdenes de Herodes esperando de ese modo que el Mesías que llegaba a la tierra para hacerle la vida a cuadros a los romanos que eran sus jefes, estuviera entre esos niños.  De poco le sirvió, pues astutamente María y José, habían puesto a buen recaudo a su niño Jesús.

Pero esta conmemoración, se ha convertido en el día en que las bromas están dedicadas  a esos giles, que como nosotros, viven en la inocencia total. En estas últimas horas el democrático Presidente Evo Morales, ha dictaminado, el entierro no sólo de la derecha en el país, sino que, para ser más específico, ha puntualizado que "enterrarán a los derechistas". Entre el doble aguinaldo para doble aporte electoral,  las declaraciones del Presidente y la cercanía del 28, no queda más que concluir que los bolivianos somos unos pobres inocentes.

Hasta hace unos días, fiel a la tradición, en la casa de ningún boliviano en el mundo podía faltar  ese ungüento milagroso a base de eucalipto y alcanfor de humilde latita verde que solíamos venerar como la panacea absoluta. Eso sí que era indispensable para vivir. Daba una sensación de gran seguridad contar con ella en el botiquín familiar hasta que: chachachachán aparece el Túpac Catari. En cualquier otro país que cuenta con un satélite de comunicación, su población más o menos comprende las bondades de tener el pequeño aunque carininísimo  artefacto de tecnología avanzada que rebota señales. Pero ahora, resulta que es este artefacto artificial el que ha llegado para solucionarnos la vida entera. Por quince años, así que guarden nomás sus latitas por si acaso.

Como todo lo que tiene que ver con SE -más aún desde que decidió inconsultamente ir por la re re elección- el despliegue ha sido tal que  los spots publicitarios están saturando los canales de televisión, sin que nadie sepa a ciencia cierta, exactamente por qué se supone que es tan milagroso. Se habla de curaciones vía satélite, gran avance para un país cuyos hospitales son de quinta.  Ni hablar de la educación satelital. 

Nuestros niños se verán beneficiados con una educación tan extraordinaria, que hasta un período de ocho horas diarias se han ingeniado. Bueno ¿mínimo no? Si se van a beneficiar de conocimientos que vienen de la estratósfera, es justo que se rajen. Aún resulta incomprensible sin embargo que el Presidente declare que los niños trabajadores deben trabajar desde la edad que les plazca, pues esa es la mejor manera de que "se formen cívicamente". Aún no se ha oído nada de la OIT que viene peleando por años que no exista un sólo país en el mundo que no signe y respete el Convenio 182 sobre el trabajo infantil.  Pero los bolivianos somos muy capos. En vez de crear las condiciones necesarias para dotar de trabajo justo y estable a los padres, o proteger como corresponde a los menores, decidimos que el que los niños trabajen, es hasta beneficioso.

Los pobres inocentes, espetamos perplejos, que ese artefacto milagroso hacía llorar de una, -increíble- al Vice y a las dos damas de hierro sendas Presidentas de la Asamblea. Porque que se pongan a llorar, según el locutor de la TVB, fue por la inenarrable emoción  de ver culminada una hazaña del gobierno del Estado Plurinacional. Que es importante que se tenga un satélite de comunicación, está fuera de cuestionamiento. Aunque no podemos decir lo mismo de su precio...que para su información es harta platita de todos y cada uno de los bolivianos, sobre todo de los pobres inocentes que pagan sus impuestos sin chistar. Como que tanta faramalla mediática, le ha quitado seriedad al tema.

Como será la emoción de los chinos que construyen el satélite, el cohete que lo lanza a la órbita terrestre, produce la tecnología para que Dios mediante funcione y entrena a los profesionales bolivianos para que se hagan cargo del monitoreo y seguimiento. Si nosotros que sólo lo pagamos hace que nuestras máximas autoridades lloren,  imagínense la emoción de los chinos. Seguro que lloran pero no se nota. Da la impresión que ellos sí están plenamente en la era espacial y tecnológica.

Entre los pobres inocentes más notables de los últimos tiempos están las ONG´s que durante años de años "criaron" liderazgos como el de Morales Ayma, Romero, García y un sin fin de etcéteras. Ahora se tienen que mandar a jalar. Sus pupilos alcanzaron la mayoría de edad, ya no los necesitan. Pero pobres inocentes, qué modo más triste de terminar. Cría cuervos...

Y como broche de oro, los que se llevan la flor de la inocencia son sin duda los empresarios privados. La promulgación de la nueva Ley  de la Empresa Pública, es la sepultura definitiva  de la Safco que otrora  controlaba a los botarates funcionarios estatales . Entierra formalmente a la Contraloría a sus ocho inservibles añitos de vida plurinacional. Ni hablar de la competencia no muy leal que será normada por los consabidos decretos cesarianos.

Así que cerrando el gran año que concluye, sólo podemos augurar para todos los inocentes, un feliz Dakar y que el 2014 nos sea leve y nos pille confesados.

Karen Arauz


sábado, 14 de diciembre de 2013

Maggy Talavera ve en la convocatoria a casi 10 mil soldados una "prevención al pueblo de Bolivia" para que nadie ose en "arremeter contra el MAS", no es una medida en contra de Chile u otros vecinos, es para asegurarse en el poder.(?)

La decisión de aumentar en 9.243 el número de efectivos en las Fuerzas Armadas solo puede tener una lectura: es una advertencia pública dirigida desde Palacio Quemado a los bolivianos, y no a los países vecinos o “imperios” lejanos, como pretende hacernos creer el Poder central. No es exageración ni fantasía deducir que el verdadero mensaje dado por el Gobierno es que la cúpula del MAS se está preparando con todo para asegurar la reelección de su jefe en 2014, por las buenas… o por las malas. No es algo nuevo, hay que reconocer, ya que el Presidente y sus inmediatos colaboradores han estado dando reiteradas muestras de preocupación y repentino amor por las FFAA.

Habrá que añadir que esas manifestaciones de “amor” y “respeto” desde el Gobierno están siendo correspondidas. Basta revisar lo publicado por la prensa en el último año para comprobarlo: son numerosas las declaraciones hechas tanto por el Presidente como por las máximas autoridades militares para verificar que existe entre ambos una relación de privilegiado y curioso afecto que va más allá de lo que establece la CPE. Es más, ese afecto hasta osa violar mandatos constitucionales, como ese que reconoce a Bolivia como un Estado pacifista o el otro que prohíbe a las FFAA deliberar y hacer política. Como todo “amor”, sobre todo si es prohibido, dirán muchos.

Digo “amor”, con ironía, porque lo que está claro es que entre el Gobierno y las FFAA no existe una relación amorosa, sino un pacto de conveniencia. Ni más ni menos que lo que hubo antes en los regímenes dictatoriales, una realidad cada vez más difícil de burlar por parte de una cúpula gubernamental que no deja de sumar evidencias de palabra y hechos. La más reciente data de apenas unas horas. Palabras más, palabras menos, el Presidente ha dicho que “por culpa” de las organizaciones de Derechos Humanos e incluso del Defensor del Pueblo, no hay “medalleros” en las FFAA: “Lamento mucho decir (…) pero no puede perjudicar cualquier institución de Derechos Humanos en la formación física de nuestros soldados”.

Vaya herejía. Una de las personas que más provecho sacó de la defensa de DDHH y de la Defensoría del Pueblo (hay que recordarle, tal vez, la gestión de Ana María Romero), y que más críticas hizo al rol de los militares en los golpes de Estado, en la represión a las movilizaciones sociales y en el combate al narcotráfico, sale ahora despotricando contra esos organismos de defensa de los Derechos Humanos y señalándolos como “culpables” de la pobre y débil formación de los militares. ¿Alguien cree aun que esto es casual? Por supuesto que no. No es casual que el Presidente cambie radicalmente de discurso y de amores, como tampoco es casual que decida hacer crecer a las FFAA.

Un absurdo mayúsculo si se considera la paradoja de que el Gobierno, con el sumiso aval de su mayoría parlamentaria, viola una Constitución hecha a su medida para dar curso a una acción incoherente y cara para Bolivia, en todos los sentidos. Ni el país está en guerra, ni siquiera bajo amenaza de un ataque externo, ni en condiciones de ir por ahí despilfarrando dinero público. Esos 165 millones de bolivianos que el Gobierno pretende aumentar al presupuesto de las FFAA para cubrir el incremento del 31% de sus tropas, bien podrían ser destinados para resolver otras carencias apremiantes y que afectan a las mayorías nacionales, sobre todo en salud, educación y vivienda.

Si de verdad el Gobierno central estuviera preocupado por la seguridad de Bolivia y de sus habitantes, destinaría esos dineros y esfuerzos a dar soluciones de fondo a la única y real amenaza de muerte que se cierne sobre los bolivianos: la violencia interna, esa que desatan criminales de toda laya y delincuentes de calle y escritorio. Pero no, claro. Esta no es la preocupación real del Gobierno. Su única preocupación es asegurarse el Poder total y eterno, ya sea a través de las urnas en las que se depositan votos, o de esas otras que acogen muertos. Y para lograrlo necesita de fuerzas… armadas, claro.
* Periodista / Directora de SemanarioUno

jueves, 12 de diciembre de 2013

ofendido el Jefe de Estado, en lugar de dar una respuesta cuerda al periodista que le preguntó "en qué invertirá su Aguinaldo Dos"? respondió "en qué va a gastar su doble aguinaldo? Alo mejor, seguramente, va a gastar en la segundina. Yo sé que tiene una segundina." acto seguido se contradijo "y eso qué a quién le interesa? es una cuestión privada. Juan León Cornejo hace ver la canallezca forma de tratar a los periodista del inquilino del Palacio Quemado.

Tardó pero llegó , me dije en un arranque de optimismo iluso al escuchar al Presidente anunciar que había ordenado investigar “todos” los proyectos que “supuestamente se ejecutaron” en el Fondo Indígena.
“Hemos detectado -dijo- que hay un mal manejo y por eso hemos pedido al directorio que cambie al ejecutivo del Fondo y a algún personal más”.  Su anuncio era un reconocimiento tácito de la importancia y valor de la prensa. Era alentador escuchar, aunque sin reconocerle mérito a la investigación periodística, el reconocimiento oficial de que mucho, por no decir todo, huele mal en esa institución.
“¿Cómo algunos hermanos pueden proteger la corrupción?”, se preguntó al anunciar la investigación ante periodistas azorados.  
Con hoy, hace un mes, exactamente, un dirigente campesino de los Ponchos Rojos había amenazado con “poner en su lugar” a una colega periodista que investigó el caso y con ocupar el diario que publicó su nota.  Tras el anuncio presidencial -me dije- habrá que ver qué dirá Simeón Jaliri, el dirigente Poncho Rojo que le dio 72 horas a la colega Claudia Soruco “para que se retracte” bajo amenaza de ocupar Página Siete, sobre todo porque periodista y periódico siguieron con el tema, a riesgo de la represalia anunciada, fieles a su misión, que es misión de todos los periodistas.  
El lunes, ajenos a esas amenazas, periodista y periódico informaron que se ejecutó sólo uno de 894 proyectos del Fondo Indígena, aunque del 2010 al 2013 se desembolsaron 592 millones de bolivianos, que son plata de todos y que administran organizaciones campesinas que rechazaron las investigaciones de la Contraloría.
Según el Presidente, todos los recursos del Fondo se deben utilizar en proyectos productivos, pero, al parecer, “se desvían los fondos… supuestamente para capacitación y el mantenimiento de la organización”.
Pero el arranque de optimismo que motivó el tácito reconocimiento presidencial a la investigación periodística se hizo trizas en pocos minutos.  En el mismo ámbito, reapareció la intolerancia habitual hacia la tarea del periodista, de la mano de una grave y preocupante señal de totalitarismo y vulneración de los más elementales derechos ciudadanos, y el Presidente reveló conocer la vida íntima de un periodista que le preguntó qué uso le daría al doble aguinaldo que recibirá como funcionario público.
“Yo le preguntaría a usted -le dijo el Presidente al periodista- ¿en qué va a gastar su doble aguinaldo? A lo mejor, seguramente, va a gastar en la segundina. Yo sé que tiene una segundina. Eso qué interesa, es una cuestión privada”.
Revelar algo de la vida íntima de una persona es de mal gusto, pero que lo haga la primera autoridad del país es grave porque muestra un peligro nivel de penetración de los servicios de inteligencia política en la vida privada de la gente. Es atropello al derecho constitucional de privacidad de la gente.
 El Presidente pudo responder que entregaría su doble aguinaldo a la campaña para su reelección y a nadie le hubiera extrañado. Pudo anunciar que lo donaría a los niños huérfanos y habría recibido aplausos y elogio, aunque fuera mentira piadosa. Pudo decir “sin comentario”, y no pasaba nada. Pero, genio y figura al fin,  habló de la posibilidad de que el segundo aguinaldo beneficie a la “segundina”.  
El apelativo refleja una conducta amoral y describe a la titular de un segundo hogar, con connotaciones discriminatorias y machistas. En el caso específico, su respuesta pareció ratificar la ilegalidad del segundo aguinaldo, igual que la ilegalidad de una relación sentimental ajena al matrimonio.
  Mientras eso se mostraba en Palacio,  en el estadio de Johannesburgo se le rendía homenaje póstumo a Nelson Mandela, el hombre que le puso moral a la política, que luchó por la igualdad y  ocupó, ya en vida, el lugar que ocupa en la historia. A esa misma hora, sus funerales concretaban su sueño de unir en paz y libertad a moros y cristianos, aunque por su fidelidad a sus principios y valores, muchos hubieran creído que “se vendió a la derecha”.
En ese contexto de contradicciones internas que nos tocó vivir y como un homenaje más a su memoria, vale la pena pues recordar los conceptos sobre prensa y periodistas de ese hombre. “Una prensa crítica, independiente y de investigación -decía Mandela- es el elemento vital de cualquier democracia. La prensa debe ser libre de la interferencia del Estado. Debe tener la capacidad económica para hacer frente a las lisonjas de los gobiernos. Debe tener la suficiente independencia de los intereses creados, debe ser audaz y preguntar sin miedo de ningún trato de favor. Debe gozar de la protección de la Constitución, de manera que pueda proteger nuestros derechos como ciudadanos”.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Carlos Mesa se supera asímismo. recrea un Mandela histórico que trascienda Africa y alcanza dimensión mundial. padre de las generaciones supo ofrecer un testimonio de grandeza inigualable y único. sus heridas y sufimientos sus casi 30 años de prisión los cambió por la Libertad de su pueblo y el vigor de la Democracia

La victoria de Mandela es la victoria de la política con mayúsculas, es la victoria del humanismo profundo en sus valores, es la victoria de los verdaderos ideales humanos porque nos abarca a todos. “Ser libre no es solamente romper tus propias cadenas, es vivir para garantizar y mejorar la libertad de los demás”, dijo alguna vez
La tarea más difícil de un ser humano es la capacidad de restituir el espíritu después de la violencia, el dolor y el odio. La pasión por una causa es un motor extraordinario, pero puede ser también el alimento incesante para justificar cualquier cosa.
Cuando se ha negado todo rasgo de justicia, de humanidad y de reconocimiento al otro como un igual; cuando un número es la identidad y un cubículo miserable el “hogar” por un día, diez, trescientos sesenta y cinco, y diez mil días; cuando la tortura ha lacerado la carne y la vejación y la humillación han querido doblegar el espíritu; parece imposible perdonar, parece haberse abierto la terrible puerta de la venganza.
El que ha sido sometido tiene todas las razones en la mano para atacar y destruir, para expulsar y dividir, para afirmar sin temblar que ha llegado el tiempo de un “Nosotros” específico, aquel de la larga y brutal exclusión. Puede decir que es imperativo cobrar las cuentas de toda la sangre derramada –¡Recuerden Soweto! –, que la nación deber ser ocupada y gobernada sólo y exclusivamente por quienes fueron tratados peor que animales  dentro de su propio suelo. ¿Hacen falta muchas explicaciones para tomar revancha?
Pero la política no es sólo una forma implacable de tomar e imponer el poder, o el de la negociación pragmática, o el de los resultados a cualquier precio. Es también y sobre todo el desafío de conjugar valores e intereses, es encontrar la mejor ruta para llegar a destino, es diferenciar aquello que se obtiene de manera inmediata de aquello que permite construir los cimientos para el tiempo largo.
Nelson Mandela recogió su semilla de los escombros de una vida que había sido condenada al desastre. Forjó el acero indestructible de una convicción, la de entender que lo único posible era demostrar que su país es la casa común de todos. No un “todos” mutilado, no un “todos” que abarcara a ciudadanos de primera y de segunda, no un “todos” en el que los espacios estuvieran compartimentados por el color de la piel. Todos, víctimas y victimarios, racistas y discriminados, ricos y pobres. Todos de verdad.
Su propia espalda, tantas veces golpeada, fue el recordatorio de qué era lo que estaba en juego. Por eso transmitió la lección, la de desterrar el odio por muy improbable que parezca conseguirlo, la de enseñar que la humanidad sólo sobrevivirá si asume que debe compartir, convivir, aceptar y respetar.
La historia cruzó su vida con la de Frederik de Klerk, el último presidente blanco de Sudáfrica. Si de Klerk había entendido el momento, y lo había liberado y había aceptado la transición irreversible hacia una nueva nación contra el sentir de la minoría caucásica, él podía demostrar que era posible hacer exactamente lo contrario de lo que todos los blancos creían que haría y lo que una gran mayoría de sus propios partidarios exigía.
El camino de la reconciliación es siempre más lento y más difícil que el de la guerra y el de la violencia, pero es el camino correcto. Esa es la diferencia que hace de Nelson Mandela un gigante, el haber demostrado la valentía mayor, la de enfrentar a sus compañeros e imponer una filosofía que trascendió largamente los límites de su patria para convertirlo en un personaje de dimensión mundial.
Los sucesores de Mandela no han estado a la altura, ni por su comportamiento ético, ni por sus aptitudes de gobierno, menos aún lo está su familia más próxima. Sudáfrica no ha superado aún problemas serios de pobreza, desigualdad y exclusión, pero se desarrolla sobre una evidencia clara, cualquier cosa que haga deberá basarse en valores democráticos, en la constancia de hacerlo en un espacio plural y bajo la sombra protectora del árbol de la paz.
Mandela, padre de la nueva Sudáfrica, respondió cuando le propusieron sustituir la bandera del viejo país del apartheid por la del Partido del Congreso Nacional Africano, que había que crear una nueva bandera que integrara los colores de la enseña impuesta por los afrikáners y la de su propio partido. Así se hizo. El pasado –pensó– no se puede borrar de un plumazo y las heridas no desaparecen porque se bañen en sangre, ni porque se presuma que han sido arrancadas del cuerpo. Las heridas cicatrizan lentamente, reconocidas y curadas con muchos cuidados.
La victoria de Mandela es la victoria de la política con mayúsculas, es la victoria del humanismo profundo en sus valores, es la victoria de los verdaderos ideales humanos porque nos abarca a todos.
“Ser libre no es solamente romper tus propias cadenas, es vivir para garantizar y mejorar la libertad de los demás”, dijo alguna vez.
Como reza el poema de Henley, el presidente Mandela fue siempre el amo de su destino y el capitán de su alma.
El autor fue Presidente de la República