A Edwin le da un poco de vergüenza el adelanto económico que ha tenido. Le da vergüenza cuando ve a sus excompañeros del pasado que siguen igual como hace 10 o más años.
Edwin Tupa Tupa (41) no es solo el masista diputado, el socialista que llegó a ser jefe de la bancada parlamentaria del partido de Gobierno, sino también es el próspero empresario que, junto a una familia de nueve hermanos, en 10 años consolidó en Montero el negocio rentable de las motos chinas, las que llegan con su propia marca.
Nació a la política en el movimiento de los sin tierra y ahora es poseedor de millones de bolivianos con la importación de las motos. Un negocio que, según su hermano Nino, sirvió para financiar parte de la campaña electoral que lo catapultó en la arena política y cuyo patrimonio ahora llega a más de $us 600.000, una cifra muy por encima de los $us 15.000 con que arrancaron hace una década.
La familia Tupa la semana pasada hizo noticia no por un acto político, sino porque su comercializadora de motos Montero sufrió un robo de Bs 1,5 millones. Un dolor de cabeza que se suma a la tragedia que sufrieron en 2012, cuando se les quemó el depósito de motos, perdiendo medio millón de dólares.
“El 2003 fuimos los primeros en traer una moto china a Montero”, dice Edwin y con Nino coincide en que ahora que ha pasado el tiempo no se atreven a especificar el movimiento económico de la empresa, porque el 60% de la mercadería que mueve, trayendo 100 contenedores al año, en promedio, es entregado en consignación por las empresas chinas.
De lo que está seguro Edwin Tupa es de la declaración jurada que hizo el 6 de noviembre de 2012 a la Contraloría, en la que aseguró que su patrimonio neto es de Bs 1.394.990 y que tiene una deuda de Bs 238.000.
Del dinero que genera la empresa, dice, nunca ha visto la plata junta porque es algo que se mueve, que se reinvierte y que va generando utilidades. “Yo vivo de los Bs 12.000 de sueldo de diputado. Con eso mantengo a mi esposa, a mis tres hijos y compro chalecos y poleras a los mototaxistas de Montero”, asegura.
En Montero, Edwin tiene una casa en un terreno de 1.200 metros cuadrados que le compró en $us 15.000 a una señora que murió a los 97 años de edad (donde ahora son los galpones para almacenar las motos) y en La Paz es dueño de una vagoneta Toyota que adquirió en $us 14.000. En la sede de Gobierno dice que no es propietario de ningún inmueble y que paga $us 200 por un apartamento donde vive con su familia.
En 2004 recuerda que invirtió $us 15.000 en el negocio de las motos y que ese dinero se trató de un crédito que consiguió con la garantía de su sueldo como concejal de Montero.
Edwin Tupa nació el 17 de octubre de 1972, en Mollebamba (Oruro). “Es un pueblito parecido a Orinoca, la tierra del presidente Evo Morales”, compara. Ahí, dice, era muy pobre. Tan pobre era que en los desfiles cívicos, como no tenía zapatos, se lustraba sus pies para simular que sí los llevaba puestos. En aquellos años de infancia el hambre le agudizó el ingenio. Una mañana, de camino a casa, descubrió que un ducto de petróleo tenía una fuga, llenó una botella con el combustible, lo dejó al sereno para que el frío lo congele y luego lo vendía en el mercado como una pomada eficaz para el dolor del cuerpo. “Para que me crean lo llevé a mi primo y de tanto frotarle la espalda le quemé la piel”, recuerda. Ahora ya no tiene que hacer esos trabajos para que crezca su economía. Solo tiene que trabajar como diputado y dejar que su hermano Nino se mueva en el campo de las motos.
¿Le ayuda la política a que el negocio avance? Solo cuando la Aduana se demora en la entrega de la mercadería, coinciden Edwin y Nino. Eso quiere decir que cuando se cumple el plazo de 15 día para la liberación de las motos, les dan una llamada a la Aduana para exigir que cumplan con la ley. Nino incluso se queja que ni porque su hermano tiene un importante cargo en la política impide que tengan que pagar a la Aduana una pequeña ‘cuota’ para que agilicen los trámites.
Nino cuenta que han decidido descentralizar el negocio, que cada hermano se haga responsable de una parte. Por eso abrieron tiendas en El Alto, Tarija, Cochabamba y Sucre.
El niño y hasta joven Edwin vivió en la casa materna de la calle Agustín Saavedra, esquina Germán Busch. Algunos vecinos recuerdan que por las tardes jugaba pelota en la calle y que ahora ya no se lo ve a pie y que no siempre se lo puede saludar con soltura. Él es consciente de que creció económicamente y por eso dice que a veces siente vergüenza. Edwin Tupa es ahora uno de los ricos del MAS
Las fricciones y la pregunta de rigor: ¿tiene un padrino en las altas esferas del Gobierno?
Edwin Tupa dice que ha escuchado de la gente que en el Palacio de Gobierno existen grupos en torno a las figuras de Evo Morales, de Álvaro García Linera y de Juan Ramón Quintana, pero asegura que nunca ha confirmado aquello y que ante la pregunta de si él es apadrinado por alguna alta autoridad del poder Ejecutivo, responde que no.
Pero aclara una cosa, que en el partido y en el Gobierno ocurren fricciones y que a veces las mismas surgen para impedir que alguien crezca y que los nuevos liderazgos surjan naturalmente.
En Montero no desconoce que alguna vez tuvo roces con Nemesia Achacollo, la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, que nació en Yapacaní y que tiene fuerza en el Norte Integrado de Santa Cruz y en las esferas altas del Gobierno.
Pero en el mundo empresarial la familia Tupa Tupa ha tenido bajones. En diciembre del año pasado se incendió el depósito de motos y, según Nino Tupa, aquella vez se perdió medio millón de dólares.
A ello se suma lo que ocurrió la semana pasada, cuando les robaron Bs 1,5 millones de la tienda de motos Montero.
Los Tupa analizan el tema y no descartan que se trate de acciones ligadas a la envidia política o empresarial. Mientras tanto, la Policía investiga. El mismo Edwin Tupa dijo que se comunicó con altas esferas de la Policía para exigir celeridad en las investigaciones.
HORA A HORA
EDWIN TUPA SU CREENCIA, SU APELLIDO Y SU PROFESIÓN
Desde Montero se abrió paso en la política y consiguió consolidar un negocio familiar. Dice que no le gusta andar en moto.
Hace dos meses se confesó por última vez en La Paz
Edwin Tupa se declara católico y la última vez que se confesó fue hace dos meses en la iglesia San Francisco de la ciudad de La Paz. A pesar de ello, asegura que no cree en algunos sacerdotes ni pastores.
La familia de su madre es adventista. “Querían que él sea pastor”, dice.
La discriminación y la confrontación por una amenaza de aplazo
Edwin Tupa es el mayor de nueve hermanos. La familia de él recuerda que desde chico demostró su carácter, que le daba rabia cuando sus compañeros lo discriminaban por su apellido y que una vez hasta ofreció puñete a un profesor por pretender aplazarlo sin fundamentos.
Un bioquímico que en la farmacia se sentía un león enjaulado
Tupa estudió Bioquímica en la Universidad San Javier de Sucre. Cuando cursaba el cuarto año fue expulsado por un conflicto político. Retornó a Montero y al año siguiente volvió para retomar sus estudios superiores. Trabajó en una farmacia, pero dice que se sentía como un león enjaulado.
ANÁLISIS
Un ciudadano más, sin privilegios
Darwin Prado | JURISTA
La Policía debe esclarecer el robo a la familia Tupa porque en este asunto está vinculado un hombre público que merece todo el respeto, pero que a la vez sus actos y problemas tienen que ser transparentes y limpios porque si no pierde el apelativo de honorable. Tiene que investigarse todo su entorno para el beneficio de él y del mismo gobierno.
Otra cosa que hay que tomar en cuenta, es que sería bueno que Tupa reciba el beneficio de las investigaciones de la Policía como si se tratara de un ciudadano común y corriente y que no reciba privilegios por ser diputado.
También llama la atención los varios acontecimientos ocurridos. Sabemos que antes se incendió su galpón, donde guardaba las motos. Sería bueno que las investigaciones arrojen resultados
ANÁLISIS
Está surgiendo una burguesía plebeya
Helena Argirakis | POLITÓLOGA
Existe el surgimiento de una nueva burguesía plebeya, un ascenso económico y social que ya no es sinónimo de ser de piel blanca. Es un fenómeno social que se lo ve. Tupa es seguramente uno de ellos, de los avances que está generando el proceso de cambio. Esto no es una casualidad ni fruto del alza de los precios internacionales de los minerales o del petróleo, tiene que ver con un diseño de construcción estatal que plantea que el Estado es el principal eje económico y que a la vez promueve la redistribución de riquezas.
La actividad privada no está separada de la vida pública. Ahora, que exploten esos eventos privados depende la intencionalidad. En el caso de Tupa puede que lo estén convirtiendo en agenda política ante las elecciones.
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