En Bolivia no tenemos por qué equivocarnos de cuanto nos sucede y nada debe llamarnos la atención porque la nación entera está manipulada. Desde luego que en nuestro país existieron grandes manipuladores, sobre todo en el campo de la política que es el reino de los diestros, pero los gobernantes de hoy son los maestros de la maniobra y eso hay que reconocerlo porque, aunque avergüence decirlo, no deja de tener mérito. En el fondo, siendo una costumbre deplorable, se necesita inteligencia y talento para embaucar a tantos millones de personas, compatriotas como extranjeros.
La manipulación comenzó con la historia del indiecito pobre y humillado que pastoreaba ovejas en los peladares mezquinos de Orinoca. Aquel que no podía caminar con su madre por las aceras de las ciudades porque los hacendados los echaban a la calzada polvorienta. La victimización del protagonista principal fue la primera maniobra publicitaria que proporcionó réditos. Eso siguió, naturalmente, con la historia del dirigente cocalero perseguido, encarcelado, dizque torturado, que victorioso en unas elecciones limpias – todavía se podía ganar desde la oposición – apareció por la Europa invernal con una chompita a rayas colorinches como único atuendo, y así almorzó con los reyes de España, visitó mandatarios del Viejo Continente y casi les rompe el corazón a todos.
De ahí en adelante ya actuaron los operadores políticos del MAS; sujetos de poca monta, barriobajeros, pero formados en la “universidad de la vida”, es decir en los bloqueos de caminos y en las marchas; duchos en lanzar piedras y “cachorros” de dinamita. Si S.E. admite hoy que no le gusta leer ni libros ni periódicos, habrá que imaginar lo que han leído sus seguidores, aparte del Vicepresidente que es un hombre perversamente ilustrado. Apenas pueden decir un par de oraciones seguidas los operadores, pero hablan lo que está establecido: el jefe es genial e irremplazable, el cambio en Bolivia es extraordinario, estamos ricos, sanos, y sin analfabetos, y los gringos y oligarcas criollos son una desgracia.
El colmo de la manipulación informativa se dio la noche del martes, cuando S.E. cortó una pregunta de su entrevistador de CNN para expresarle rabioso que él no era un “líder cocalero” como sabemos todos los bolivianos y todo el mundo, sino un “dirigente campesino”. Yo no sabía, por ejemplo, que S.E. producía yuca, papaya, piña, ni mandarina en el Chapare. Lo que sabíamos todos es que producía coca, que tenía su cato. Y sabía que era presidente de las seis federaciones de cocaleros del trópico cochabambino, es decir de productores de coca.
De aquel humilde ganador de unas elecciones en la empobrecida Bolivia al de la entrevista en el Palacio, años después, no quedaba ni rastro. Manipuló a lo grande, pero diciendo antes que era enemigo de manipular. Le expresó a su entrevistador su desagrado porque trabajara para los imperialistas de la CNN y le sugirió que sería digno que renunciara a ese oficio. ¿Cómo no se le ocurrió a Cala responderle a S.E. que se dejara de maniobrar y que, más bien, él renunciara a las seis federaciones de cocaleros si negaba su esencia cocalera? ¿Cómo no decirle que estaba enterado que el 90 % de la coca de esas federaciones iba al mercado ilegal?
La gran manipulación del MAS se hizo cuando se redactó y aprobó la nueva Constitución. Desde ese momento Bolivia se convirtió en un territorio minado, lleno de trampas y mentiras. El costo de la aprobación del texto constitucional fue que S.E. reconociera que el período 2010-2014 se contabilizaría como su segunda gestión, es decir la última consecutiva. Sólo se trataba de una maniobra embaucadora. Se les tomó el pelo no sólo a los constituyentes sino que a toda la nación. No hubo ningún problema en la alta cúpula masista y en S.E. de hacer filigranas interpretativas primero, y, por último, reconocer que se había tendido un engaño a la oposición. Dijeron que así era la política.
La manipulación es el pan cotidiano en Bolivia. Un hecho aislado, aunque grave, como fue el cierre del espacio aéreo en cuatro naciones europeas al avión presidencial al retorno de S.E. de un viaje a Moscú, fue motivo de una manipulación excepcional. Se exigieron disculpas, se rechazaron las disculpas por insuficientes, llegaron nuevas excusas, pero el tema siguió en primera plana llevándolo ante instancias internacionales. Dicen que favorecía a la imagen de S.E. Y las manipulaciones suman y siguen, como es, por ejemplo, lo acontecido con los muertos en Porvenir y el apresamiento injusto y abusivo de Leopoldo Fernández, el caso de Chaparina, y lo inconcebible, el tema de los asesinados en el Hotel Las Américas y todo ese montaje terrible, siniestro, manipulando como terrorismo y separatismo, que ha provocado prisioneros, exiliados y familias desamparadas.
Que no se manipule la anunciada visita de S.E. al Santo Padre, porque ya se habla de que el Papa es partidario de la teología de la liberación, que ha dicho que los cristianos son revolucionarios (masistas por lo tanto), que el Pontífice admira la obra de S.E. ¿Qué provecho se buscará manipulando a costa del Papa?
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