¡No! No se trata de una mala lectura, pues no quiere decir que esta oficina latinoamericana de todas las fuerzas más mortíferas de la izquierda de nuestro continente haya logrado comulgar finalmente con la paz, como fue su falsa proclama al crearse allá por los años 90, a la caída del muro de Berlín, y al fragor del desmoronamiento del imperio soviético que, obligado a cortar su subsidio a Cuba, condenó a ese régimen manguero y a su sufrida sociedad, a morir de hambre o enceguecer de avitaminosis. Se trata del vigésimo encuentro de unos 180 representantes de partidos políticos y organizaciones sociales de América Latina, que se han dado cita en La Paz, olfateando los recursos que aún quedan en el Tesoro General de la Nación.
La idea de montar esta cofradía de templarios trasnochados fue llevada a cabo el año 1990 cuando, aprovechando el poder que tenía el Partido de los Trabajadores en el parlamento del Brasil, Fidel Castro convocó, junto con Lula da Silva, a todos los grupos guerrilleros de Latinoamérica a una reunión en Sao Paulo, donde acudieron: Las FARC y ELN de Colombia; el FSLN de Nicaragua; La Unión Revolucionaria de Guatemala; el Ejército Zapatista de México; el Movimiento Tupamaro del Uruguay, etc. y fundaron este organismo que se autodenominó el Foro de Sao Paulo, estableciendo como una forma sólida y permanente de financiamiento: el secuestro, el abigeato, el narcotráfico, asaltos a bancos y otras actividades ilegales que rutinariamente practican estos grupos guerrilleros en América Latina. Para dirigirla en forma centralizada crearon un Estado Mayor Civil dirigido por Fidel, Lula, Tomas Borge y Frei Betto, y un Estado Mayor Militar, comandado también por el propio Fidel Castro, el sandinista Daniel Ortega, y el conocido terrorista argentino Enrique Gorriarán Merlo, fundador del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y del Movimiento Todos por la Patria (MTP) de la Argentina. Entretanto, al igual que la famosa cumbre del G77, este encuentro no promete absolutamente nada beneficioso para nuestro país, salvo los consabidos e ingentes gastos que tendremos que sufragar para los cientos de autobuses llenos de gente con banderitas de todos los colores, grupos de turistas merodeando, entrando y saliendo de hoteles y restaurantes de cinco estrellas, peñas folklóricas nostálgicas donde van a recordar a los compañeros caídos y los sacrificios de “héroes” como el Che Guevara o el micomandante Chávez. No se descarta las horas de cadenas obligadas de radio y TV con el candidato-presidente y sus invitados, hablando y cantando sobre lo feliz que uno vive en el paraíso comunista y despotricando contra el horror de la vida en el Imperio norteamericano. Queda sobrentendido que temas como la tuberculosis en la que dejaron a la vaca Venezolana; los buitres que esperan comerse a la Argentina; la corrupción que asola al Brasil; los cárteles de la droga que amenazan descuartizar a nuestros pueblos; estarán ausentes de su agenda y, como pago a nuestra hospitalidad, nos mamarán con una inocua y escuálida defensa de nuestro centenario reclamo marítimo que tenemos incoado ante sus cómplices socialistas de Chile, algo que será igual que ladrar a la luna, así como creer que el Foro de Sao Paulo vino en busca de la paz. (Texto de Rivero Bolaños de www.eju.tv) |
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miércoles, 27 de agosto de 2014
los del "foro de San Pablo" como los del G77, y los "invitados de otras cumbres" vienen a manguear comida,hoteles, transporte, souvenirs, todo lo que pueden con tal de "elogiar a Evo, endiosarlo y besarle sis "deportivos que luce casi todo el tiempo" ahí están bebiendo y acullicando" sin sonrojarse
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