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domingo, 15 de julio de 2012

aparece como "una mansa paloma" García Meza profería amenazas y daba de gritos, se creía ser el salvador y que todo el mundo debería rendirle pleitesía, arrogante y autoritario, ahora se muestra humilde "yo no fui" fueron Bánzer y Paz...qué cobarde


Ruy G. D’Alencar Delgado (La valiosa entrevista aparece en El Deber, S.C.)
El general Luis García Meza Tejada ha roto un silencio de varios años. Habló con EL DEBER desde su habitación del hospital de Cossmil en La Paz. El jefe del Gobierno que nació del golpe del 17 de julio de 1980 asegura que quienes gestaron ese ‘cuartelazo’ fueron el general Hugo Banzer Suárez y el histórico líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), el doctor Víctor Paz Estenssoro.

Niega responsabilidad por asesinatos y desapariciones. El militar, de 82 años, purga una condena de 30 años sin derecho a indulto en el penal de Chonchocoro desde 1995, pero aun así prevé tramitar su libertad condicional en 2014, cuando se cumplan dos tercios de su pena. Dice que no considera un camarada a Luis Arce Gómez, su ex ministro del Interior y cuenta que en el penal tiene problemas con él.

- Su ex asesor legal nos ha dicho que en 2014, cuando usted cumpla 20 años de condena, ya estaría en condiciones legales de tramitar su libertad condicional. ¿Está contemplando esa posibilidad?
- Con la Ley de Ejecución de Penas Nº 2298 yo tendría arresto domiciliario y libertad condicional, porque además ya he cumplido 82 años, entonces me corresponde. Pero como la cuestión es política, no sé si yo pueda pedir lo que manda la ley.

- Pero, entonces sí tiene previsto salir del penal por esa vía…
- Bueno, como yo he sido un chivo expiatorio de algunos de los que realmente han hecho el golpe por intereses personales, como el general Banzer, entonces creo que me correspondería salir ya, sin que tenga que hacer ningún trámite. La ley me lo permite, me da el arresto domiciliario y libertad condicional.

- Pero no me aclara si va a proceder o no a la apelación...
- No tengo buenos abogados. En este momento, no sé. Ahora estoy en Cossmil. Me ha dado una neumonía. Me han bajado de emergencia de Chonchocoro. Por lo menos las autoridades policiales nos dan lo necesario para poder subsanar los problemas…

- Sigue sin aclararme qué pasos va a seguir en adelante.
- La cárcel es como una jaula, los que estamos adentro hemos perdido lo más preciado que tiene el hombre, que es la libertad. En agosto voy a cumplir 82 años y me correspondería pedir mi libertad. En Argentina, al general Galtieri, que estaba con cadena perpetua, le han reconsiderado su caso pese a que allá hubo más de 30.000 muertos y han reducido su pena a 14 años de cárcel y por su edad le dieron arresto domiciliario, cosa que no pasó con Videla, que hizo desaparecer niños.

- Entonces, no descarta el trámite de extramuro…
- No, no he renunciado, pero tampoco encuentro gente capaz de presentar una causa que no rebote de la justicia. Como yo tengo 82 años, la justicia ya debía darme arresto domiciliario y libertad condicional. Me considero un chivo expiatorio porque yo no he robado ni he matado en mi Gobierno. El señor Del Granado me ha enjuiciado con recortes de periódicos notariados. Yo jamás toque un gramo de la famosa Gaiba.

- ¿El trámite de libertad condicional lo va iniciar ya o va esperar a 2014?
- Si la justicia se muestra imparcial, pues sí. Claro que buscaré salir e irme a mi casa. Tengo una abogada pero que no trabaja de manera permanente conmigo. No encuentro personas adecuadas para que me asesoren legalmente. El abogado que viene aquí me pide de entrada $us 100.000 y eso no es viable.

- Usted dice que no tuvo responsabilidad por el golpe de 1980 y que en realidad eso obedeció a intereses del general Banzer. ¿Entonces, cómo es que usted termina al frente de ese Gobierno?
- Mire, yo digo que no he tenido responsabilidad ahí porque el que lloraba todos los días de Dios en mi casa era el general Banzer…

- ¿Por qué?
- Por el juicio de responsabilidades que le estaba haciendo Marcelo Quiroga Santa Cruz y él le tenía terror, pánico, al juicio de responsabilidades. Por eso yo digo ahora, haciendo un recuento, nunca debí apoyar al general Banzer porque los que han fijado la fecha del 17 de julio, han hablado y han ido con el coronel Luis Arce Gómez a la COB han sido el general Banzer, un suboficial de su confianza, para buscar a Marcelo y eliminarlo…

- ¿Banzer fue en persona a la COB para eliminar a Marcelo?
- Sí, así fue. Yo subí al Gobierno el 18 de julio porque a mí me nombraron presidente por mandato de las FFAA. Como yo era el más antiguo, la junta de comandantes nos pide que nos hicieramos cargo, no porque yo hubiese ambicionado serlo, sino porque estaba ansioso de solucionar los problemas, uno el del general Banzer y el otro el del doctor Paz Estenssoro. El doctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo habían empantanado la situación política, por eso nombraron presidentes interinos por un año. El primero fue el señor Guevara, que fue ‘golpeado’ por el general Natush Busch, por ordenes también del doctor Paz Estenssoro…

- Usted sugiere que Paz Estenssoro y Banzer dieron el golpe de 1980, ¿correcto?
- Comprometidos totalmente. Uno por las cuestiones políticas y el general Banzer por salvar su situación, para que no sea…

- ¿Por qué el golpe se da el 17 de julio?
- En una reunión, el doctor Paz Estenssoro me comentó que como el 16 de julio es la fiesta de La Paz, entonces al día siguiente la gente está durmiendo o está farreando, en consecuencia no iba a haber la resistencia que hay cuando la gente está atenta. Lo que pasa es que el doctor Paz Estenssoro siempre se valió de las FFAA para subir y después aparecer como héroe. “Bolivia se nos muere”, dijo en 1985 para mostrarse como un salvador.

- En ¡Yo dictador!, el libro autobiográfico que escribió, usted asegura que Luis Arce fue el que se hizo cargo de los desaparecidos de la dictadura, ¿Banzer también estuvo implicado en eso?
- Claro, por órdenes de Banzer y del doctor Paz Estenssoro. Las famosas ambulancias que aparecieron y que eran de una empresa privada, estaban en la Aduana. Arbitrariamente sacan esas ambulancias para ir a la COB y cumplir su cometido. Eso está en el libro. El libro dice por qué fracasa el Gobierno de las FFAA: solamente por la ambición de ciertos jefes y oficiales que mandaron para que conformaran mi gabinete, pero que no eran tan buenos como se esperaba. Por ejemplo, yo al coronel Arce nunca lo hubiese nombrado ministro de Gobierno porque lo conozco desde cuando era cadete. Siempre ha sido un arbitrario, nunca cumplía con sus obligaciones, siempre quería hacer lo que no debe hacer un buen militar…

- Pero Arce Gómez y el resto del entorno terminan por complicarlo a usted también, ¿no?
- No solamente él me complica en el Gobierno. El capitán de Navío, Rivero, al que nombré ministro de Salud. Ese señor pone en la planilla a todas las señoras de los jefes y oficiales de la Naval como si fueran médicos, enfermeras, etc. Entonces yo hago llamar a  Rivero, que es de San Ignacio de Moxos y me dice: “No pues, mi general, es un forma de ayudar a los camaradas”. No sea tonto, le digo. Cómo va a ser para ayudar al camarada, si esto sale a la luz de todos porque todos firman en la planilla de pagos, ¿qué le pasa? Lo perseguí en mi despacho para tirarle unos buenos sopapos, pero se me escapó. Me hablaron los edecanes y me dijeron que no hiciera eso. Y como él ha habido después otros como Mario Vargas Salinas, el coronel Rico Toro, que tenía su tío, que era también de la COB. Yo he salido muy decepcionado porque no hemos cumplido con lo que eran las FFAA, lo que debían hacer, la reconstrucción nacional. No estábamos reconstruyendo nada, más bien estábamos siendo desprestigiados, haciendo grandes negociados, estábamos involucrados en el narcotráfico, cosa que jamás en mi vida he visto. Ni siquiera conozco un gramo de esa droga.

- Arce Gómez era primo de Roberto Suárez Gómez, ¿qué tanto influyó ese parentesco en el Gobierno de las FFAA?
- Contactos con la embajada americana me hicieron saber que se iban a solucionar problemas con el Gobierno, que nos iban a reconocer los americanos siempre y cuando yo sacara a dos ministros. Uno era Arce Gómez y el otro era Ariel Coca, un coronel de la Fuerza Aérea. Ellos me han presionado para que los cambiara, lo malo es que los cambié mal porque los llevé al Colegio Militar. Ha atropellado a los cadetes del Colegio Militar. Ha habido personas que nos han querido involucrar en negocios oscuros.

- ¿Narcotráfico?
- Le plantearon al señor Julio Molina, que era ministro de Asuntos Campesinos, que los dejáramos seguir fabricando cocaína por aquí y por allá. Molina me vino a preguntar y yo le dije que no nos íbamos a meter en eso. Cuando lo cambio a Arce Gómez le aconsejé que fuera a EEUU a demostrar que no era narcotraficante. Cometió una serie de errores, se saltó la barda de un cementerio de Arlington en EEUU. No dijo nada, yo pregunté a la embajada y supe que no tomó contacto con nadie allá. Yo renuncié porque no se podía estar, no tenía apoyo de la junta militar.

- Si no es a usted, ¿a quiénes podemos exigir hoy que dé explicaciones por los desaparecidos de esa gestión?
- Bueno, desaparecidos no ha habido en el Gobierno de las FFAA. Ha habido muertos. Por ejemplo, dos coroneles que trabajaban en el Ministerio de Gobierno planificaron la cuestión de la calle Harrington. Uno es Freddy Quiroga y el otro es Carlos Unzueta Barrientos. Ese día, el señor Arce Gómez estaba festejando en Cochabamba y yo estaba en Pando. Cuando llegué a las ocho de la noche, el coronel Arce me esperaba para dar parte de las muertes de la Harrington y desgraciadamente yo no le pedí su inmediata renuncia.

- Pero el Gobierno de facto dejó muertos y por ellos, ¿quién responde?
- Hubo solamente dos muertos en la COB. Uno fue Marcelo Quiroga Santa Cruz, que rato antes del golpe quería hablar conmigo. Yo le dije que estaba acuartelado. “Ven a mi casa”, lo llamé, pero él no vino. Yo hablé con Marcelo unos días antes para pedirle que cambie un poco su actitud y que lo apoyemos a él para que hagamos un gobierno hasta que se pueda llamar a elecciones democráticas. Pero vino hasta cierto punto y después tuvo temor y se fue. Los dos somos del mismo colegio, fuimos a La Salle juntos. Siempre lo digo. Pero los periodistas han tergiversado toda una vida, no lo creen. Marcelo era mi amigo y además montábamos juntos a caballo. Al punto que una vez le presté dos caballos para que fuera a un concurso a Argentina.

- Yo le pregunto sobre los muertos de su Gobierno porque tengo curiosidad de saber cómo se siente usted con ese peso encima…
- He dicho que solo ha habido dos muertos en la COB. Uno era Marcelo y un tal Flores. Pero después, muertos ahí no ha habido más. Donde ha habido muertos, por culpa de una señorita que era amiga de la ayudante del ministro de Gobierno, Gloria Ardaya, que indicó que iban a venir todos los miristas a la Harrington, pero por una cuestión que era de su partido, porque Jaime Paz, que era su líder, nunca estaba en Bolivia, siempre se iba de viaje a Europa. Ahí hubo muertos…

- Vale decir que usted no siente responsabilidad más que por dos decesos del día del golpe. Los demás muertos, según usted, fueron cuestión de su entorno militar.
-  Efectivamente, una responsabilidad de los interesados, que eran el general Banzer y Paz  Estenssoro. Los que pusieron la fecha del golpe fueron ellos. A mí me tomaron porque yo era camarada de Banzer, pero antes, como digo, él me mandó a pasear por todo Beni diciendo que yo era un oficial comunista. Incluso, Banzer le dijo a Lucho Arce: Si observas que García Meza está fallando alguna vez, vos lo matas y te haces cargo de la Presidencia. Por eso es que en las oficinas del Ministerio de Gobierno, la señora de Arce Gómez decía a la gente esperara un poquito más porque su marido iba a ser presidente.  Arce Gómez era más amigo de Banzer que mío. Yo fui instructor de Arce Gómez, yo lo castigué muchas veces.

- Sin embargo, en marzo de 1980, cuando la presidenta Lidia Gueiler intenta relevar a todo el Alto Mando militar, usted, Arce Gómez y los demás oficiales actúan en bloque y se amotinan, lo que hace ver que había buena coordinación entre ustedes.
- Nunca. La señora Gueiler estaba muy apoyada a las FFAA. Ella nos decía: “Déjenme terminar, déjenme llegar a elecciones y en cuanto todo termine yo voy a entregar el mando”. De modo que no hubo ningún relevo del Alto Mando. Los que querían el golpe eran algunos coroneles ambiciosos. Rico Toro, Mario Vargas Salinas, Waldo Bernal, Torrelio, Lucho Arce, entre otros. Ellos se iban todos los días a los hangares del aeropuerto El Trompillo para hacer sus reuniones y planificar cómo iba a ser su gobierno. Incluso fueron una vez conmigo.

- Su familia dice que a usted, al ex dictador militar detenido, lo usan los gobiernos como un trofeo político, ¿usted qué piensa al respecto?
- En realidad, eso ha sido así. Los que me han traído fueron Sánchez de Lozada y Antonio Aranibar. De modo que la madrugada del 14 de marzo de 1995, el coronel de la Policía boliviana, Alcócer, que era gobernador de Chonchocoro, me tomó mis datos y me registró. Me dijeron que yo tenía que servirme la comida del penal y vivir como todos, pero que podía acomodarme. Pero el señor Sacha Llorenti, cuando era ministro de Gobierno, entró en mi habitación y deshizo todo mientras yo estaba aquí en Cossmil porque soy enfermo del corazón. Todo lo que tenía adentro se consiguió con autorización del Régimen Penitenciario, porque ahí no entra ni una paja sin su autorización. Puse mis cosas, mi biblioteca, puse un montón de losetas, un cuarto agradable. Entonces Sacha Llorenti hizo reventar mis candados con policías. Reventaron mis chapas. Me sacaron cosas íntimas, mis grabadoras, mi cortaplumas, la documentación con la que hice mi libro, me robaron $us 2.000, hasta ropa interior no me dejaron. Me dejó todo abierto, fue abusivo, actuó sin autorización fiscal…

- El doctor Justiniano Vaca dice que le aconsejó pedir su libertad condicional en 2014. ¿Va a hacer caso el consejo de su ex asesor legal?
- Justiniano Vaca estuvo preso acá, estudiamos Derecho estando en Chonchocoro pero yo los dejé, me operaron. Él siguió sus cursos y es ahora un muy buen abogado. Pero la desgracia de este señor es que él se brindó y me dijo que sería mi abogado. Pero el señor Arce Gómez le ofreció darle la mitad de todos los beneficios que iban a pagarle en Cossmil si es que él conseguía recuperarlos. Entonces me dejó, me dijo que yo no le pagaba y que no me podía colaborar.

- ¿Qué tipo de relación tiene ahora con Arce Gómez dentro de Chonchocoro?
- Por humanidad, cuando llegó en pijamas y borracho –lo habían dopado para poder subirlo al avión–, yo le he dado un colchón, sábanas, frazadas y una almohada. El otro día se lo he pedido y me ha dicho: “¿Acaso no me has regalado?”. Yo no tengo por qué regalarte nada, ¿acaso vos me has regalado algo cuando eras Gobierno?, ¿me has hecho partícipe de algo? No pues, entonces, ¿por qué te voy a regalar?
Después habla burreras a los oficiales y por eso el otro día le he dicho que si iba a seguir hablando sin motivo de cosas que no corresponden, yo voy a venir y te voy a tirar una buena pateadura porque estoy en condiciones todavía. No tengo ninguna relación con él, es hablador. Lo único que sé es que él sí es millonario, que es socio de una empresa en Holanda.
Pero el tipo no comparte con nadie. Por eso lo han amenazado. Cuando vienen los universitarios a visitar la cárcel a él lo hacen entrar. Yo no lo considero mi camarada.
La famosa frase de que la gente va a tener que andar con el testamento bajo el brazo es una estupidez que le ha salido a él.
   Perfil   Cabeza de la última dictaduraNació en La Paz en 1929. Militar y político. Fue presidente de Bolivia entre julio de 1980 y agosto de 1981. En julio encabezó un golpe de Estado que impidió la toma de poder de Hernán Siles Zuazo, relegido en elecciones presidenciales 18 días antes. Ocupó la Presidencia de la República hasta agosto de 1981, cuando fue obligado a dimitir. Su breve etapa de Gobierno se caracterizó por el aumento de la corrupción y el tráfico de cocaína. A él y a sus colaboradores se los acusa por la desaparición de 26 personas y 94 asesinatos políticos. Estudió en el colegio La Salle. En 1947 ingresó en la Academia Militar, en el cuerpo de Caballería. Una vez graduado, García Meza se convirtió en militar de carrera y ocupó diversos destinos. En 1976 asumió como comandante del Colegio Militar del Ejército, y en 1979, tras el golpe del coronel Natusch, ocupó el cargo de comandante general del Ejército. Desde febrero de 1986 pesaron sobre él los cargos de asesinato, persecuciones, narcotráfico, violación de la Carta Magna y de los derechos humanos, así como otros delitos cometidos durante su mandato. Prófugo de la justicia desde el verano de 1989, fue buscado intensamente por las autoridades bolivianas. Fue capturado en Brasil en 1994 y extraditado a Bolivia en 1995. Cumple una condena de 30 años  sin derecho a indulto.

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